Una lección brasileña.
De Dante del castillo
El “quimbanda” o “kimbanda” pertenece a una serie de rituales que llegaron a Brasil a través de los esclavos traídos de las regiones bantúes de Angola y Congo. Tras su llegada, este ritual se adapta al medio y aquellos esclavos que eran kimbanderos o kimbandas, comienzan a recibir influencias de las creencias indígenas locales, de otros grupos de esclavos como los nagó, los fon, malés, entre otros y además del hombre blanco, de quien toman prestado el concepto del mal identificado como el Diablo o Demonio, el cual es usado justamente para asustar al propio amo. De toda esta mezcla surgen diversas formas de cultos denominados "macumbas" o "makumbas", entre ellos uno al que se le denomina “kimbanda”.
La obra de Dante del Castillo es una comedia en un acto cuya acción se realiza en una casa un poco deteriorada en las Lomas de Chapultepec en una época actual. Sus personajes son solamente dos, no tienen nombre, únicamente nos indica la edad de cada uno: una mujer no mayor de cincuenta años y un hombre cuya edad se sitúa entre los treinta años. El tema de la obra es la división de los bienes de un matrimonio tras su separación.
El escenario se encuentra obscuro y una luz poco a poco nos muestra a la mujer quien da inicio a la obra con un monólogo en donde explica su viaje a Brasil, narra algunas experiencias, dice cual de todas las ciudades que visito fue la que más le gustó. El escenario se vuelve a quedar en oscuro y poco a poco otra luz muestra al segundo personaje: al hombre de treinta años. Éste comienza con otro monologo donde nos habla primero, de las uñas y segundo, de cómo se sintió tras la ausencia de su mujer.
El escenario se ilumina por completo y los dos personajes comienzan una discusión sobre su divorcio y en qué acuerdo van a quedar, el hombre le recuerda que como están casados por bienes mancomunados se merece la mitad de todo lo que poseen, pero sólo le pide la mitad del dinero, y es en ese momento que la mujer lo amenaza comentándole que en Brasil aprendió el rito del “Quimbanda” y que podría arrepentirse. El hombre por supuesto que no le cree y la reta a demostrarle su “poder”. La mujer acepta y firma un cheque que podrá usar el hombre por si falla la apuesta. Ella le dice que con tan sólo incrustarle alguna pertenencia corporal al muñeco y clavarle una aguja en el corazón, éste se caería al piso retorciéndose. El hombre le da el frasco de uñas, ella agarra una, la mete dentro del muñeco y clava la aguja, la sorpresa es que quien cae retorciéndose es ella y no él. La obra finaliza con un monologo del hombre respecto al desagrado que le tiene a que las uñas estén regadas por todo el piso y le dice (al cadáver) si fuese mas limpia no hubiese dejado sus uñas regadas, no le hubiera pasado nada.
La obra maneja un lenguaje muy coloquial, y es correcto porque está situada en una época muy actual y además se trata de una escena de la vida cotidiana. Dante del Castillo no hace muchas reiteraciones en sus diálogos y se enfoca en el mensaje que quiere manejar durante la obra. También nos muestra el gusto de Dante del castillo por todos estos ritos místicos como es el caso del “kimbanda”, lo curioso es que en la obra, si uno no sabe de qué se trata el ritual, te lo explica en los diálogos usando a uno de sus personajes. En esta obra maneja a dos personajes que se contraponen en edad y sobretodo en carácter: tenemos al hombre pasivo e inteligente que sin mover un dedo logra cobra venganza y a la mujer que se hace pasar por violenta e inteligente pero que al finar resulta ser más estúpida de lo que cree ser.
Del Castillo tiene, en esta obra, una manera muy peculiar de presentarnos a sus personajes y no sólo a sus personajes, sino presentarnos la obra en sí y lo hace usando unos monólogos al inicio e iluminando sólo al actor que habla (según como dice su acotación). Otro detalle que cabe destacar de la obra de Dante, es el fin sorpresa que utiliza el cual, a pesar de todo, no resulta ser tan “sorpresivo” puesto que durante el transcurso de la obra uno puede irse imaginando el final de la misma.
Es un texto muy bien redactado, repito, no redunda mucho en el tema, es muy coherente el texto, la manera de expresión que tiene en los diálogos va de acuerdo con la edad de sus personajes, a la época, y el contexto en el que se encuentran.
A pesar de que una lección brasileña es una obra muy breve, digamos unas 10 páginas aproximadamente, es preciso en la acción y el conflicto de la misma es por eso que les recomiendo leerla y de paso leer las demás obras de teatro que se encuentran en esta antología, pues son obras de autores mexicanos contemporáneos que necesitan de una buena difusión y que mejor que nosotros los lectores para lograr ese objetivo.